jueves, 23 de febrero de 2006

Looks

Anna en la semana de la moda en Milan

Anna Piaggi es única. Para saberlo sólo hace falta mirarla un par de segundos. Ella es el reflejo puro y duro de la esencia de la moda, así, sin más. Anna Piaggi es la editora de moda por antonomasia, registro internacional de gusto y diseño, una leyenda en el mundo de la moda. Fundadora de la por aquel entonces revista de vanguardia Vanity, ha expuesto durante una década su personal visión de la moda en sus hipnóticas “ Páginas Dobles” (Doppie Pagine) para Vogue Italia.

Editora de dicha publicación, su siempre llamativo y excéntrico aspecto marca su sello de identidad, y su visión, infalible estas alturas, la convierte en referencia crítica de las pasarelas más importantes del mundo. No se prodiga en exceso; es más, su presencia se rige por un delicado y hermoso cuentagotas. En París, al margen de los desfiles de los diseñadores italianos, sólo se puede disfrutar del espectáculo de su presencia en Dior y en algún otro desfile afortunado que ella considere interesante asistir. Pero siempre será un lujo, que conste.

Independientemente de su extravagante aspecto, Piaggi es un portento que sabe calibrar a la perfección novedad y elegancia, un tándem que puede deslizarse con facilidad hacia el equívoco y la vulgaridad si no se dispone de una visión privilegiada que sólo da la experiencia en el ámbito, el conocimiento del mismo y algún don natural que otro. Su revista Vogue Italia es una buena muestra de ello.

La exposición “Anna Piaggi: Fashion-ology”, que se inauguró el pasado 2 de Febrero en el Victoria&Albert Museum de Londres y que permanecerá hasta el 23 de Abril de 2006, se convierte en oportunidad única para hacernos una idea aproximada del papel determinante que esta mujer emblemática ha supuesto en este mundo como periodista de moda, editora, adivinadora de tendencias, musa de diseñadores e icono de su propio estilo. Cerca de 30 años contando nuevas historias acerca de la moda y no sólo no cansa sino que convierte en adicto al más recalcitrante.

La muestra está dividida en 13 apartados y la lógica de la distribución pone patas arriba todo su entramado: Anna y Vogue, Anna y Vanity, Anna y su marido Alfa, y Vern y el V&A. La repetida presencia de los colaboradores muestra su lealtad y explica los 13 conjuntos favoritos en el apartado final, creado por diseñadores que fueron promovidos al principio de su carrera por ella. El toque emotivo no podía faltar...

Nota de El correo gallego

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